25 feb 2013

Soy vulnerable


Katia tenía menos de dos meses cuando se me puso muy malita- no hace tanto de eso, ni un mes, pero aún me duele. 
Deseo que los recuerdos de esa visita al hospital queden como la imagen; difusa en el tiempo, apenas visible.
Ver a Katia con menos de dos meses con la vía del suero, con el pitido constante como fondo de sus latidos del corazón en una cama estéril de hospital, supuso un duro golpe.
Me dejó con la sensación de la dura realidad.
La certeza de que hay niños que sufren de verdad, la certeza de que hay madres que arrastran mas dolor del que pueden llevar, la certeza de que hay desdicha, la certeza de que puede pasar, de que nadie está a salvo, de que mis niñas sufrirán, de que habrá momentos duros para ellas, y eso me parte el corazón en mil pedazos de dolor.  Solo pido que nunca les ocurra nada serio de verdad.
Siento que me hace frágil, siento que soy mas vulnerable y cuando existe la vulnerabilidad se puede producir la destrucción.
Eso da miedo.