20 mar 2014

Algo llamado lealtad



Estoy en la cocina llorando a moco tendido; no de tristeza, no- Estoy cocinando y esta cebolla debe ser de las mas peleonas de su pueblo.
Y ahí está Julietta, cual estatua inmóvil a quince, quizás treinta centímetros de mí.
Apenas puede abrir los ojos, no hay recompensa suculenta al final de mi andadura en la cocina, ni siquiera puedo dedicarle una caricia ahora mismo.
Pero, ahí sigue, cuál faro imperturbale, leal, a pesar de la cebolla peleona.....
¡Gracias Julietta!
* y para que conste.....incluyo la foto de los ojos tan espectaculares que tiene cuando no hay lágrimas por medio.